Enero 2019: El viaje del migrante
Viajando solas individualmente, las personas migrantes son vulnerables y están expuestas a secuestros, extorsiones, violaciones, asesinatos y desapariciones. Ahora se embarcan en el camino en grupos para protegerse y protegerse mutuamente.
Existen redes de refugios a lo largo de la ruta migratoria. En la ciudad de Guatemala, un refugio llamado la Casa del Migrante, está ubicado cerca del Consejo Ecuménico Cristiano de Guatemala. Le da la bienvenida a las personas migrantes y les ofrece ayuda humanitaria (ropa, comida, colchones, psicólogos, ministros, sacerdotes, jóvenes e incluso un peluquero) creando un oasis en el desierto de esta tortuosa peregrinación.
María, madre de una niña de Tegucigalpa de 7 años de edad, compartió: “Compré y vendí pepinos, pero muchas veces no se vendieron y se echaron a perder. Mi abuela me crio y era mi única familia. Ahora tengo tres hijas. Estoy saliendo de mi tierra para buscar trabajo y ayudar a mi abuela. Mis dos hijas, de 12 y 9 años, se quedaron con mi abuela.” Entre lágrimas y sollozos, María dijo: “Tengo que apoyar a mi abuela y considerar el futuro de mis hijas. Quiero una vida mejor.”
“Cuando vi que otros se iban, decidí intentarlo también. Hasta ahora ha sido difícil. Cuando llegamos a la frontera con Guatemala cruzamos la montaña. La parte más difícil fue caminar todo el día. Nos detuvimos cuando estaba lloviendo para abrigar a los niños mientras nos mojamos a la intemperie”, continuó María.
El director de la Casa del Migrante dijo que después de la guerra, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses esperaban que sus gobiernos fueran aliados de los necesitados. En cambio, establecieron un modelo de mercado que favorecía a las industrias privadas. La migración humana masiva es el grito de las personas pobres y excluidas que ya no soportan la violencia y la pobreza.
La esperanza está en las personas que han despertado al escuchar y vivir el evangelio en el que Cristo, el migrante, anuncia la redención e invita a las personas a seguirlo. Caminamos con ellos y ellas y acompañamos a María y a su hija en esta peregrinación. Unámonos en este viaje y ofrezcamos lo que tenemos para transformar los límites de la muerte en puentes de vida.
Ricardo Mayol sirve con el Concilio Ecuménico Cristiano de Guatemala (CECG). Su nombramiento es posible por sus ofrendas al Fondo de Misiones Discípulos, nuestra iglesia en pleno, WOC, OGHS y sus ofrendas especiales.