Noviembre 2017: Caminos seguros para todos
“ Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen.” 2 Corintios 4:8-9
Viajé desde San Salvador, la capital de El Salvador, a Managua, Nicaragua en autobús. Cuando llegamos al lado salvadoreño de la frontera con Honduras, un oficial de policía entró en el autobús para hacer una revisión. Estaba enfocado en escribir en mi diario y no presté atención. Creo que eso lo hizo sospechar y me pidieron que bajara del autobús para la revisión. Bajé del autobús, recogí mi maleta y fui a una oficina donde tres policías comenzaron a interrogarme sobre quién era yo y qué hacía. Les dije que soy un misionero y pastor. Revisando mi equipaje, encontraron mis tarjetas de oración que corroboraron lo que estaba diciendo. Después de un tiempo, fui liberado y me fui muy enojado por su rudo trato.
A pesar de que pasé la prueba, el incidente siguió irritándome. De regreso en El Salvador, me enteré de que Charlie, un joven cuyo mejor amigo había desaparecido, vivía aterrorizado por las pandillas. Una banda lo acusó de entregar a su amigo a la banda opuesta, y la otra banda lo persiguió por introducir a su amigo en su territorio. Ambas bandas lo amenazaron de muerte. No podía soportar más y optó por emigrar sin documentos al norte y luego a los Estados Unidos. Me dijo que esperaba encontrar a su madre y que pasó mucho tiempo en Méjico y California.
En este joven muchacho veo a todos los viajeros como él. Yo era legal en el autobús y me trataron mal. Él está viajando sin documentos. No será tratado de la misma manera que yo; no serán considerados. Él se está exponiendo al asalto, la extorsión y el secuestro como el que huye de la violencia, buscando la seguridad.
La historia de Charlie nos recuerda traer la luz protectora de Jesús a aquellos que viajan en lugares inciertos e inseguros. Que la luz de Jesús abra caminos seguros a los que están en tránsito y traigan paz a este mundo.
Ricardo Mayol es miembro del Consejo Ecuménico Cristiano de Guatemala (CECG). Su nombramiento es posible gracias a sus ofrendas al Fondo de la Misión de los Discípulos, a la misión más amplia de nuestra Iglesia, ya sus ofrendas especiales.