Enero 2015 – Un visitante es una bendición
Al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. Éxodo 22:21
Huriya es una estudiante de la Escuela Primaria Ainsworth en Nairobi, un vecindarios bastante volátil en Eastleigh, Kenia. Ella y su familia escaparon de Somalia cuando los extremistas ganaron poder y comenzaron a forzarlos a seguir la secta radical del Islam. Junto con 90% de las niñas en Ainsworth, ella viste un uniforme escolar con un pañuelo de cabeza musulmán blanco.
Pero la amplia mayoría de los kenianos son cristianos y muchos ahora asocian a los musulmanes somalíes con la reciente ola de terror que ha atacado a Kenia. Luego de que unas explosiones mataran a 6 personas en Nairobi el año pasado, la policía ha estado alejadamente aterrorizando a la población somalí. Los residentes de acusan a la policía de golpear las puertas tarde en la noche pidiéndole a los resientes su identificación nacional, la cual solo se le da a los ciudadanos kenianos. Cuando los refugiados explican que no la tienen, la policía les pide dinero como soborno. Si no tienen suficiente dinero para el soborno, se los llevan presos o cosas peores. En unos meses, Ainsworth pasó de tener 1,500 estudiantes a tener 1,000.
La situación es muy difícil para los maestros también. Las clases se enseñan en swahili y en inglés y los estudiantes refugiados de la maestro María apenas hablan ninguno de los dos cuando comienzan la escuela. “Hemos acordado luchar con estos estudiantes.” María prometió. “Siempre digo cuando estoy irritada con ellos, le digo a Dios: ‘Déjame que pase un minute y luego estaré feliz con ellos.’ Un chico salió de su casa y fue donde mí como sus fuera su otra madre, y a veces les digo que soy como su abuela, entonces, ¿por qué habría de molestarme con ellos?”
Con la dedicación de los profesores de Ainsworth, algunos estudiantes se gradúan y van a la escuela secundaria y a la universidad o escuela técnica. Niños emocionalmente traumatizados han sido ayudados por los educadores y consejeros. “Tratamos de pedirle a los maestros que los entiendan y les aconsejen que este lugar es seguro, no como Somalia,” el maestro de Abdi señaló. “Han cambiado: no uno o dos sino muchos de ellos.”
“Los refugiados quieren la paz, y vinieron por la paz”, compartió Abdi. “Ellos no pueden volver a su país porque es inseguro. Los señores de la guerra siguen ahí. Los extremistas están ahí. Los refugiados dicen que todos somos seres humanos. Todos pueden vivir juntos con su propia fe. “
Mientras hablaba con Adbi, él y sus colegas me trajeron té y galletas. Me dieron la bienvenida con una verdadera sinceridad, me miraron a los ojos, sonrieron, y declararon: “Un visitante es una bendición”
Joel Cooper sirve como Interno de la Misión Global con el Foro para el Desarrollo, la Cultura y el Diálogo (FDCD) en el Líbano. Anteriormente se desempeñó con el Servicio de Iglesia Mundial del Este de África en Nairobi, Kenia. Su nombramiento es apoyado por la Semana de la Compasión, la misión en pleno de nuestra Iglesias, la Semana de la Compasión, el Fondo de Misiones Discípulos y sus donativos especiales.