Septiembre 2012 en español
Travesía al borde
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.” Mateo 5: 6
Pasamos un día de caminata a tres santuarios en el desierto de Sonora, dejando agua y alimentos a lo largo de la pista en un esfuerzo por evitar la creación de santuarios en el futuro. Estábamos caminando por la ladera de una colina cuando Bob se salió del camino para ir a través del ocotillo espinoso. Después de unos minutos vio una cruz y un pequeño montón de piedras. Él tomó una cuerda de la mochila, se arrodilló y ató la cruz firmemente. Bob había encontrado los restos de un migrante que había estado allí en marzo del año pasado. Nos sentamos a la sombra escasa de un árbol y contemplamos la tragedia que había ocurrido en ese sitio.
Bob y Dorothy habían colgado cuatro paquetes al lado del camino de la semana anterior. Al revisar, los paquetes y el agua y los alimentos que habían colocado en el interior había desaparecido. Descargamos los paquetes de agua y alimentos que habíamos llevado y los repusimos en los paquetes. Era como una forma de honrar a la persona que acababa de morir por el camino.
Después de caminar un rato, Bob nos llevó a un árbol que tenía una cruz y una vela en su base. Este marca el sitio donde se encontraron los restos de un migrante en febrero de este año. De nuevo se sentó a la sombra durante un largo momento de silencio. A poca distancia, Bob nos llevó al tercer santuario. Se encontraron los restos de otro migrante en ese mismo día, en marzo de 2011.
Le hice a Bob algunas preguntas acerca de los santuarios y empecé a sentirme abrumado, con tristeza y rabia. Caminó unos cuantos pasos de distancia y trató de concentrarse en los árboles y la sensación de la brisa en mi cara. El cactus detrás de la cruz estaba en flor – la belleza y la tragedia, al lado del otro. “Yo no quiero tener que hacer otro santuario en el desierto,” Bob me dijo. “Me duele hacerlo, pero yo no quiero que la gente se olvide.”
Oremos por el amor y la solidaridad con nuestros consortes cerca de la frontera.
Scott Nicholson, un voluntario de hace mucho tiempo de los Ministerios Globales, sirve como Enlace en el Borde en Nogales, Mexico.