Llegan a Belén los aguinaldos boricuas
Una puertorriqueña enseña español de manera singular
La histórica ciudad de Belén no es muy grande. Ubicada a unas seis millas de Jerusalén, es una de las comunidades de más significación espiritual para las iglesias cristianas del mundo. Tiene unos 30,000 habitantes que, con las dificultades continuas en el Oriente Medio, particularmente por el problema palestino-israelí, ha visto mermar 35% su comunidad cristiana.
Miles y miles de creyentes de todas partes del mundo visitan la ciudad diariamente. Llegan con una actitud de piedad, pues intentan relacionar su fe con los lugares que han sido identificados como sagrados por la tradición cristiana. Entre esos lugares de importancia espiritual están la Iglesia de la Natividad y el Campo de los Pastores, donde los peregrinos descubren y renuevan sus compromisos cristianos.
Pero no sólo llegan a Belén turistas o peregrinos, también trabajan personas de diversas partes del mundo. No es inusual, por ejemplo, escuchar a gente de habla inglesa provenientes de Inglaterra, Australia o Estados Unidos; personas que se comunican en portugués o individuos que se expresan en el español de América Latina o el de España. Y en medio de ese centro importante de idiomas y culturas, con regularidad se escucha el español puertorriqueño.
En el corazón mismo de la milenaria Belén se encuentra el Colegio Universitario Dar al-Kalima (o de la Palabra), a donde llegó una profesora puertorriqueña hace tres años para desempeñarse como maestra de los futuros guías turísticos de la ciudad. En ese entorno pedagógico, la Dra. Nohemí C. Pagán enseña español con un singular y distintivo acento boricua.
Para esta profesora, oriunda de Isabela, ha sido un desafío llegar a una cultura completamente diferente a la suya, para participar del programa de enseñanza de español. Entre sus estudiantes se encuentran jóvenes de las ciudades bíblicas de Belén, Jerusalén y Hebrón, que desean prepararse para responder de forma adecuada a los desafíos extraordinarios que les presenta una sociedad globalizada que cada vez se hace más pequeña. Esto, gracias a los adelantos cibernéticos.
Pagán enseña español en una ciudad de habla árabe, pero cada día descubre similitudes culturales que no dejan de asombrarle.
¡Los siglos de presencia árabe en España no pasaron en vano! Cuando visita el hogar de alguno de sus estudiantes, rápidamente le ofrecen una tacita de café. Asimismo, la cordialidad al extranjero y el respeto a los adultos no se hacen esperar… Inclusive, se ha encontrado en las comidas árabes, particularmente en el falafel, uno de los antepasados de nuestras alcapurrias…
La presencia de Puerto Rico en Belén, particularmente durante las fiestas navideñas, hace que los cánticos que se le enseñan a los estudiantes, para facilitar la pronunciación y también para incentivar la adquisición y el dominio del vocabulario, provengan de nuestros tradicionales aguinaldos, que los palestinos entonan con felicidad y orgullo… Por esa razón, los peregrinos puertorriqueños que visitan Belén durante esta temporada, han escuchado con asombro y gusto, el familiar, “Saludo, saludo vengo a saludar”, y también el hermoso “Villancico Yaucano”.
Esos cánticos han detenido a más de un palestino asombrado, y han hecho llorar a más de un puertorriqueño nostálgico.
Hasta Belén de Judea ha llegado nuestra cultura, que se levanta airosa e independiente entre otras manifestaciones culturales latinoamericanas.
En efecto, en las últimas tres temporadas navideñas, junto a los recordados Tres Reyes Magos, se ha colado una boricua para entregarle al niño Dios un presente boricua.
¡Quizá un saquito de café! O quien sabe, si la esperanza de llegar a ser lo que debemos ser.
*El autor es profesor de Biblia en Belén