Agosto 2009 en español
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Mateo 25:40
El pasado domingo viajamos al barrio junto al océano llamado Cite Soleil en Haití. Luego de finalizado el servicio en la iglesia, salimos e inmediatamente nos rodearon muchos niños que deseaban tomarnos de la mano, tocar nuestra piel blanca y simplemente ser amados por un coto rato. Estaban pobremente vestidos y todos estaban sucios y mostrando señales de malnutrición. Estos niños y niñas nos llevaron por montañas de basura, charcos de agua sucia y varios vendedores ambulantes que cocinaban y vendían arroz y plátanos fritos en medio de una suciedad abrumadora. Finalmente, llegamos a nuestro destino donde los niños nos llevaron por unas escaleras de concreto empinadas a su nueva escuela. En el balcón de la escuela, encontramos la gran vista de Cite Soleil. Los techos de aluminio de extendían más allá de donde nuestros ojos alcanzaban a ver. Las madres lavaban ropa en recipiente grandes con agua y jabón mientras los niños jugaban balompié en las calles con botellas plásticas. A pesar de la pobreza y la naturaleza represiva de Cite Soleil, al abundante mar azul descansaba en los bordes de este masivo barrio.
La paradoja de este sitio era profunda. El océano siempre ha sido la manifestación más espiritual y liberadora de estar en este mundo. El ver esta Hermosa expresión de ínter conectividad y verdad junto a una de las pobrezas más opresivas del mundo era conmovedor. En mi opinión, una de las rezones por las que existen situaciones inhumanas, tales como la de Cite Soleil, y continúan existiendo es porque el sentido de conexión con otros está ausente en la mayor parte de la humanidad.
No estoy seguro de que Kim y yo tengamos un trabajo más importante en nuestro tiempo en Haití que el de fomentar y explorar esta conexión mutual entre los haitianos y nuestros amigos y familiares en casa.
Oren para que todos aprendamos una forma más amorosa y compasiva de estar en el mundo la cual refleje nuestra naturaleza divina y nos conecte con otras personas y con el mundo natural.
Patrick y Kimberly Bentrott están asignados al Concilio Espiritual Nacional de Iglesias en Haití (CONASPEH por su nombre en ingles). Patrick sirve como asesor para educación teológica y programas y proyectos de diaconado. Kimberly sirve como asesora para cuidado de salud y proyectos y programas de diaconado.