Abril 2007: Nuevos comienzos
“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” Juan 11:25
Nuevos comienzos
“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” Juan 11:25
Nuevos comienzos
¡La Pascua de Resurrección es un tiempo para aleluyas y expresiones de gozo por una nueva vida y nuevos comienzos! Este año cae en el mes de abril. En mi trabajo en Japón, el mes de abril también es el mes del comienzo de una nuevo año escolar, un nuevo grupo de estudiantes por conocer, todos con sus propias esperanzas y sueños de una nueva aventura en la Universidad Doshisha.
Abril es un tiempo de gozo pero también un tiempo de una tristeza especial para algunas personas en nuestra universidad. El 25 de abril se cumplen dos años de un accidente de tren en el cual 107 personas perdieron la vida. Cuatro de las personas que murieron y más de veinte de los que sufrieron heridas graves, eran estudiantes de nuestra universidad. Fue uno de los peores accidentes de ferrocarril en la historia de Japón. En Japón, donde los trenes por lo regular se mantienen en su itinerario, este tren iba a exceso de velocidad y se descarriló en una curva.
Luego del accidente, el campus entero se sobrecogió por la tristeza. La universidad llevó a cabo varios servicios de adoración la semana que siguió al accidente y continuó celebrando servicios de oración diarios a la hora de la comida del mediodía. Más de 3,500 personas asistieron a estos servicios. Había un sentido real de que fue la fe cristiana la que unió a la comunidad universitaria en un lazo común en medio del dolor y la pena. Tres meses después del accidente, se celebró un servicio memorial con una asistencia de sobre 500 personas, incluyendo familiares de las víctimas. A pesar de que muchas personas no eran cristianas, la adoración nos unió. En los 130 años de historia de Doshisha como escuela cristiana, este fue un momento en el cual el testimonio cristiano hizo una diferencia.
Ahora, dos años más tarde, el gozo en la resurrección con frecuencia sustituye nuestra pena. La vida ha continuado de forma más liviana, más feliz. Mi esperanza es que continuemos siendo testigos de las Buenas Nuevas en tiempos de gozo y en tiempos de dolor-y en todos los demás momentos también.
Oh, Dios, Tú nos has ofrecido una nueva vida. ¡Permite que busquemos llevar un gozo y esperanza renovados a nuestro mundo!
Marta es una misionera que está enseñando bienestar social en la Universidad Doshisha en Kyoto, Japón, a través del Concilio de Misión Cooperativa.