Diciembre 2012 en español
Nacimiento y transformación
En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Juan 1:1
Hace poco visitamos la provincia occidental de Hunan, en China, para ver el trabajo que se realiza en esa región. Al igual que muchos de nuestros viajes en nuestros años en China, fue un recordatorio de que a pesar de que cientos de millones de personas se han beneficiado con el ascenso de China, existen todavía muchas regiones que se ven sólo ligeramente diferente de hace 100 años. Visitamos una pequeña iglesia del pueblo que era poco más que una habitación de cemento desnudo solo. El pueblo entero se reunió para dar gracias a Dios por cambiar sus vidas. Como lo expresó un aldeano: “En el pasado se podía escuchar nuestras peleas aún antes de que usted entrara en la aldea. Se decía que éramos un pueblo que podría pelea desde la mañana hasta la noche.” Eso cambió hace casi 10 años cuando una de las mujeres salió del pueblo para escuchar a un predicador en una ciudad cercana. El viaje le tomaba varias horas, pero ella seguía su camino y cada vez regresaba. Con el tiempo fue acompañada por casi todas las familias de la aldea.
Unos años más tarde, con la ayuda la Fundación Amity, consorte de Ministerios Globales, se construyó una iglesia en su aldea. Fue la primera iglesia fuera de la ciudad. No pasó mucho tiempo antes de que la comunidad de la iglesia nueva había dado a luz a una nueva vida y transformó el pueblo a través del Espíritu Santo. La lucha cesó e incluso el gobierno local notó el cambio y les otorgó el título de “Aldea de la armonía”. La lectura se convirtió en una prioridad para muchos de los habitantes del pueblo y una mujer incluso estudió mientras trabajaba en el campo pues su esposo les escribía los y ella los colocaba en su arado. Si bien estamos muy contentos por el trabajo que la Fundación Amity hace con Ministerios Globales, tales como la construcción de carreteras, escuelas y clínicas, nunca perdemos de vista el hecho de que sólo Dios puede reparar corazones, vidas y comunidades.
Oramos hoy por la gente de la Iglesia en China y nos rejocijamos que, por la gracia de Dios, se están estableciendo nuevas congregaciones cada semana. Nos dirigimos a nuestros hermanos y hermanas cristianos en China y aprendemos a compartir nuestra alegría armoniosa en la fe con otros en nuestras comunidades.
Tom y Morse Lynnea acaban de regresar de casi cinco años de servicio en China. Tom sirvió con la Hospital Nanjing Drum Tower en comunicaciones en inglés. Lynnea sirvió como profesora de inglés con la Fundación Amity de China a través del Servicio Mundial de Iglesias.