Abril 2017: ¡Nunca es suficiente!
La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡Dåame! Tres cosas hay que nunca se sacian; aun la cuarta nunca dice: ¡Basta! El Seol, la matriz estéril, la tierra que no se sacia de aguas, y el fuego que jamás dice: ¡Basta! Proverbios 30:15-16
La tierra en Lesotho, al menos aquí en las tierras bajas, nunca parece tener suficiente agua. Lesotho sufrió una grave sequía en la última temporada de crecimiento. A fines de agosto, la Asociación de Madres de la Iglesia Evangélica de Lesotho en África Meridional (LECSA) fue llamada a coordinar la distribución de la ayuda alimentaria donada. Unos 240,000 hogares se beneficiaron de esta asistencia, tanto de LECSA como de quienes no son miembros de LECSA, en las zonas más afectadas del país.
Otra cosa de la que nunca tenemos suficiente es la paz. LECSA realizó una caminata por la paz y la justicia en la ciudad de Mafeteng, seguida de un culto al aire libre para la comunidad. Mafeteng ha estado plagado durante años por una serie de asesinatos en los que participan miembros de grupos de música Famo rivales. La música Famo, que destaca el acordeón, se originó con mineros de Basotho que trabajaban en Sudáfrica en la década de 1920 y su estilo distintivo sigue siendo popular hoy en día. Los asistentes al servicio se unieron para orar por el fin de la violencia que ha perturbado la zona durante tanto tiempo.
El evento anual de LECSA Leeto la Thapelo (Diario de Oración) reunió a miles de miembros de la iglesia desde temprano un sábado en la mañana hasta el domingo por la tarde. Se llevaron a cabo sesiones de oración donde la gente fue invitada a presentarse para que los pastores oraran por ellos y ellas. El sábado por la noche, estos siervos de Dios fueron orando desde las 11:00 pm hasta las 3:00 am, así de largas eras las filas de personas que anhelaban la intercesión. Uno nunca puede tener suficiente oración.
Muchas partes de nuestro mundo anhelan más agua. Muchas personas anhelan la oración sanadora. Y todos anhelamos más paz en nuestro mundo. Más que nada, nosotros, como el salmista, anhelamos más de la presencia de Dios: “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente…” (42: 2).
Mark Behle sirve con la Iglesia Evangélica Lesotho. Su nombramiento es posible gracias a sus ofrendas al Fondo de Misiones Discípulos, la misión de la iglesia en pleno y sus ofrendas especiales.