Agosto 2018: Dando la bienvenida a refugiados
“Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.” Levítico 19:33-34
En Uganda, la actitud hacia los refugiados es incorporarlos a la vida comunitaria, como las escuelas y la atención médica. El consorte de Ministerios Globales, la Organización de Iglesias Instituidas Africanas (OAIC), visitó Kiryandongo, Uganda, y experimentó tanto la maravillosa hospitalidad de la comunidad como la gran tensión sobre los recursos locales.
Uno de los mayores desafíos es el cuidado de la salud. La afluencia de refugiados ha sobrecargado las instalaciones. El centro de salud local funciona sin la infraestructura necesaria y muchas de las disposiciones básicas o el personal. Dado que hay más personas que necesitan atención, la OAIC está trabajando con un hospital en la ciudad capital para coordinar médicos para ayudar con las necesidades médicas en el área.
Además de las grandes necesidades en los asentamientos de refugiados, el medio ambiente está siendo tenso. Hay una mayor demanda de leña utilizada para cocinar y los árboles se talan a un ritmo alarmante. El programa “Árboles para vida” de OAIC ayuda a la comunidad para reponer los árboles y encontrar fuentes alternativas de cocina. La OAIC trabaja con el gobierno local y las organizaciones para plantar árboles e iniciar viveros de árboles. También está comenzando el trabajo en las escuelas para instalar biodigestores como una forma de convertir los desechos humanos en gas metano para cocinar y electricidad.
Nuestra visita al asentamiento de refugiados nos recordó los muchos relatos bíblicos de refugiados. Nos acordamos de Abraham y de la hambruna tan grande que tuvo que huir a África, donde vivió como refugiado. María, José y el niño Jesús fueron refugiados en África mientras se escondían del vengativo y despiadado Herodes. La comunidad de Kiryandongo, a pesar de la tensión, nos impresionó con su hospitalidad. Son ejemplos vivientes de la enseñanza a lo largo de la Biblia que nos recuerda cómo tratar al extraño y no oprimir al extranjero sino ofrecerles hospitalidad. La OAIC agradece a la comunidad de Kiryandongo por ser un ejemplo de cómo vivir con quienes se encuentran como refugiados en su tierra.
La Rev. Phyllis Byrd sirve con la Organización de Iglesias Instituidas Africanas como Directora para el Programa de Comunidades Justas. Su nombramiento es posible gracias a sus ofrendas al Fondo de Misión de Discípulos, a la misión más amplia de nuestra Iglesia y a sus ofrendas especiales.