Diciembre 2017: Anticipación
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; mas cuando me hice hombre, dejé a un lado lo que era de niño. 1 Corintios 13:11
“Esperar con anticipación” es el tema ancestral de Adviento. Cuando era niña recuerdo haber esperado con anticipación la mañana de Navidad, cuando mi hermano, mi hermana y yo bajábamos volando hacia montones de brillantes regalos bajo una cubierta de brillo y adornos de vidrio. La Escuela Dominical me había enseñado que había una conexión entre el regalo de amor de Dios en el nacimiento de Jesús y nuestros regalos mutuos. Pero en la imaginación de una jovencita, ese significado se volvió turbio: siempre había una desconexión entre el mensaje de un bebé nacido en un pesebre apestoso (seguramente apestaba como lo sabe cualquier dueño de ganado) y el brillo de los juguetes.
Pablo nos amonesta a dejar de lado nuestras maneras infantiles: no hablar, pensar o razonar como niños. Y sin embargo, esta temporada de Adviento anhelo la inocencia de los niños pequeños, no lo suficientemente crecidos o “maduros” como para entender las diferencias de la intolerancia. Anhelo revivir el gozo que me envuelve en las risas y la alegría. Anhelo la anticipación de ese niño de ir afuera a jugar. Oh Dios, ¿dónde está ese espíritu?
Estamos desgarrados. Anhelamos esperar en anticipación para que el Príncipe de la Paz cambie el mundo en todas las formas en que ocurre la transformación: un corazón a la vez; a través de movimientos sociales que gritan “¡basta!” a la extracción gratuita de recursos naturales, que condena la violencia hacia mujeres y niños, que afirma que las vidas negras importan, o que ocupan Wall Street; a través de la gracia del perdón milagroso. Sin embargo, la anticipación que nos rodea permanece llena de estática, lista para estallar en violencia. Parte o partes desconocidas, con diferentes agendas políticas y económicas, parecen estar despertando la olla de la vulnerabilidad y la emoción humana para sacar a la superficie los temores sobre la diferencia. Las diferentes identidades étnicas y religiosas se sienten como amenazas a la seguridad más que a la gran diversidad de la comunidad humana que Dios imaginó. Nuestra anticipación del temor se enfrenta a la anticipación a la esperanza de cambio.
Pero esperen, hagan una pausa, recuerden.
El Adviento, me empiezo a dar cuenta de nuevo, no es sólo esperar con anticipación, es anticipar lo mejor de lo que fuimos creados para ser y marcar el comienzo de esa anticipación juntos, con otros, confiando en que el amor puede conquistarlo todo.
Karen Campbell-Nelson sirve con la Iglesia Evangélica Cristiana de Timor Occidental como profesora en la Facultad de Teología de la Universidad Cristiana Artha Wacana en Indonesia. Su nombramiento se hace posible por sus ofrendas a la Gran Hora de Compartir, la misión de la iglesia en pleno, el Fondo de Misiones Discípulos y sus ofrendas especiales.