Junio 2017: Aventuras en hospitalidad
“No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.” Hebreos 13:2
Una tarde lluviosa, Alberto, el pastor interino local, y yo compartimos la Biblia con los pocos jóvenes que vinieron. De repente, dos desconocidos se acercaron a la puerta de la iglesia. Greg, brasileño, y Joyce, de Malasia, viajaban por todo el sudeste asiático. Los dos viajaban con poco equipaje; cada uno con sólo una pequeña mochila.
“Estamos buscando un lugar donde quedarnos”, dijo Greg.
-¿Como una casa de huéspedes? –pregunté.
-“No. Normalmente no pagamos por el alojamiento, nos gusta quedarnos con las familias. No necesitamos una habitación ni siquiera una ducha.”
Después de una breve discusión, Alberto los invitó a quedarse en la casa pastoral con él. Es una casa grande pero está bastante deteriorada. Sin embargo, la pareja estaba complacida de recibir la hospitalidad. Por la noche compartimos una comida juntos y escuchamos de sus aventuras viajando por el mundo confiando en la hospitalidad de los lugareños.
Greg y Joyce encarnaron un espíritu de gracia y sencillez. A pesar de la lluvia y los viajes difíciles, se comprometieron a depender de la hospitalidad local, la amabilidad y la generosidad. Algunos los llamaban ingenuos, por supuesto, pero lo que vimos en ellos era una sabiduría nacida de la confianza, el descubrimiento y la franqueza. Su visita, yo diría, fue el punto culminante de nuestra semana.
Todos sabemos que el mundo puede ser un lugar que asusta y preocupa. Cuando miramos alrededor es bastante fácil ver la escasez en lugar de la abundancia y experimentar ansiedad en lugar de confianza. Pero Greg y Joyce nos recordaron algo que también estamos descubriendo contínuamente: que el mundo es sorprendentemente confiable; la amabilidad y generosidad están siempre disponibles y la gracia realmente abunda.
Tom y Monica Liddle sirven con la Iglesia Protestante de Timor Oriental. Su nombramiento es posible gracias a sus ofrendas al Fondo de la Misión Discípulos, la Misión de nuestra Iglesia en pleno, y a sus ofrendas especiales.