Octubre 2013 en español
Octubre 2014: Niñez en huída
“Restáuranos, Oh Dios de los ejércitos; que brille tu rostro , para que podamos ser salvos.” Salmo 80: 7
Los Estados Unidos se enfrenta a una enorme tormenta de crisis humanitaria. Niños y niñas solos o separados han cruzado la frontera a un ritmo sin precedentes, siendo esto el resultado inesperado de la política exterior. Debido a que están en suelo estadounidense, nuestro gobierno tiene una obligación legal, sin contar la ética, de proporcionar protección, el debido proceso y satisfacer las necesidades básicas de esta ola de inmigrantes. Cada niño o niña tiene el derecho por nuestras propias leyes a un juicio justo. Esta obligación fue codificada por la Ley de Reautorización de Protección de las Víctimas de Trata de 2008, la cual fue aprobada por la Cámara de Representantes y el Senado por unanimidad y fue promulgada por el presidente George W. Bush. Esta ley dice que los niños y niñas no pueden ser enviados inmediatamente de regreso. El debido proceso debe ser seguido.
Ministerios Globales, junto con los consortes de Honduras, la Comisión Cristiana para el Desarrollo y la Iglesia Evangélica Reformada de Honduras, están respondiendo a la crisis en Honduras. Ambas organizaciones trabajan en el sector de la educación para proporcionar formación y asesoramiento a los jóvenes afectados por la violencia; formación que les ayude a conseguir trabajo y evitar intervenir con las pandillas, las “maras.”
Los cristianos tienen una responsabilidad moral y ética de proteger a la niñez. Al final, esta nueva “oleada,” estos nuevos niños y niñas pueden llegar a ser la salvación de los Estados Unidos, al igual que otros inmigrantes lo han sido. Los Hondureños son trabajadores, independientes y muy orientados a la familia, las mismas cualidades que valoramos. Me acuerdo de que el samaritano era un extranjero que se detuvo a ayudar a un extraño en necesidad.
Aquí en Honduras, la crisis se está desarrollando y yo simpatizo con la gente que quiere escapar. Le rogamos que comprenda que dejar la patria no es fácil y no es la primera opción. Los Hondureños sienten miedo y la necesidad de escapar de la violencia, pero aún así, la necesidad de esperanza es más fuerte.
Don y Maryjane Westra sirven con la Comisión Cristiana para el Desarrollo y se basan en Tegucigalpa, Honduras. El nombramiento de Don es apoyado por La Gran Hora de Compartir y los dos nombramientos son posibles gracias al Fondo de Misión de los Discípulos, la amplia misión de nuestras iglesias y sus ofrendas especiales.